BUENOS AIRES.- "Fue una tarde de mierda". Claudio Borghi no empleó eufemismos para definir la situación que vivió después de la derrota de Boca a manos de Lanús, en un partido cargado de polémicas. "Cuesta seguir, pero no voy a tomar decisiones en caliente. A veces la salida del DT descomprime. Tengo que pensar la situación, analizarla y tomar la decisión, que siempre será mía", recalcó Borghi. Entre hoy y mañana informará qué será de su futuro.

El vestuario "xeneize" fue un infierno. La derrota golpeó durísimo al "Bichi". "Voy hablar con mi grupo de trabajo, con la familia, con los dirigentes y veré que hago", respondió cuando enfrentó los micrófonos.

No dijo ni una palabra de la reunión que mantuvo en un pequeño cuarto, en La Bombonera. Allí, los directivos y varios referentes del plantel, entre ellos Martín Palermo lograron convencerlo para que no renuncie y se tome un par de horas para pensarlo.

"Es un golpe duro esta derrota. Quedamos muy lejos del puntero (Estudiantes de La Plata, a 12 puntos) y llevamos varios partidos con problemas para ganar de locales", reconoció.

En su segunda experiencia al frente de un club grande de Argentina -también dirigió a Independiente en 2008-, Borghi acumula tres victorias, un empate y cinco derrotas. Su equipo nunca pudo terminar con la valla invicta en lo que va del certamen.

En La Bombonera, el conjunto "xeneize" perdió más de lo que ganó en el campeonato: registró derrotas en los clásicos contra Racing y San Lorenzo, además de perder con Lanús, y apenas le ganó a Vélez y a Colón.

Además de sufrir la derrota, Borghi fue expulsado por Saúl Laverni porque, según el árbitro, se había demorado en reingresar al campo para disputar la segunda etapa. "Si está en el reglamento, está bien, pero ojalá que en este país se cumplen todos los reglamentos que hay", concluyó. (Télam -Especial)